domingo, 25 de marzo de 2012

Bipolar.

Ya no se si vengo o si voy. Todo parecía fácil en un principio, demasiado fácil quizás. Es ahora cuando se me cae el reloj encima y me doy cuenta de lo que va a pasar. Se que no tiene sentido, pero sigo pensando. Y pienso que no está bien, que es injusto. Que gente como esa no merece ni la mitad de lo que tiene y otros en cambio estamos aquí sin saber que hacer.

A ratos bien y a ratos mal. Solo quiero borrar, borrarlo todo de mi mente y dejarme de tonterías de una vez. No quiero tener que sentir ese puto vacío cada vez que pasa algo, o que deseo que pase. Quiero sentir la libertad de hacer lo que yo quiera sin sentirme culpable, porque al fin y al cabo, no tengo por qué. Soy libre, a ver si me entra en la puta cabeza ya.

Y luego me pongo a pensar más (mi puto mayor defecto: pensar) y pienso tanto que a veces duele. Duele porque se que lo bonito no es real y lo triste si que lo es. Que un día, no muy lejano, me veré sola y sin tentación. Lo que no se es si eso será bueno o malo. Quizás debería haber puesto punto y final a todo, en vez de punto y a parte. Para mi consuelo se que no soy solo yo la que se siente así. Se ve en la mirada. Se nota en las palabras.

Que abstracto escribo... En un futuro lo leeré y no me enteraré ni yo, pero de eso se trata, ¿no?



Lo bueno nunca acaba si hay algo que te lo recuerda.